miércoles, 6 de abril de 2016

Estructura

“Arias Tristes” es uno de los poemas escritos por Jiménez previamente mencionado. En este logra plasmar la conexión que hace entre la vida humana y la naturaleza de una forma mística. Logra verse reflejado en ella y a su vez refleja una situación de la vida cotidiana en forma divina. Esta relación se encuentra en el poema y al ser poesía se encuentra distribuido en una estructura de estrofas y versos.
"Paisaje dulce:está el campo
todo cubierto de niebla;
ya se ha ido lentamente
los rebaños a la aldea,
Es un paisaje sin voces,
triste paisaje que sueña,
con sus álamos de humo
y sus brumosas riberas.
Voy por el camino antiguo 
lleno de remaje y yerba,
sin pisadas,con aroma 
de cosas vagas y viejas. 
Paisaje velado y lánguido 
de bruma,nostalgia y pena;
cielo gris,árboles secos,
agua parada,voz muerta.
Sobre los álamos blancos 
de la dormida ribera,
una luna rosa y triste 
va subiendo entre la niebla"

En cuanto a la estructura de este poema y la métrica se observa que este está dividido en cinco estrofas, con un total de veinte versos. En el verso 7, con/sus/á/la/mos/de hu/mo se encuentran siete silabas y por terminar en una palabra grave se deja de igual forma. En cuanto a los fenómenos tenemos en la sexta sílaba una diéresis. En el verso 4: los/re/ba/ños/a/la a/dea, donde se cuentan siete silabas de igual forma y se presenta una sinalefa en la sexta sílaba. Por último en el verso uno: pai/sa/je/dul/ce es/tá/el/cam/po, donde se presentan nueve sílabas y una sinalefa en la quinta silaba.
La mayoría de los poemas de Juan Ramón siguen una estructura de versos octosílabos esto se puede identificar en el poema #34 del libro Poemas escogidos. Este es uno de los poemas que representa el erotismo del cual se habla en su primera etapa, comenta sobre la mujer y su erotismo donde es descrita como seductora y un calmante para sus ansias.

1. “Mujer, perfúmame el campo”
Mujer, perfúmame el campo;
da a mi malestar tu aroma,
y que se pongan tus manos
entre el tedio de mis rosas.

Olor a carne y romero,
traje blanco y verdes hojas,
ojos negros entre todo
lo que azula y lo que dora!

Y tu risa de amor, y
tus concesiones de novia,
y el bien que siempre me has hecho
con el clavel de tu boca!

Ay, corazón, que mal lates!
oh, mujer, cómo me llora
el alma entre tu fragancia,
cazadora blanca y rosa!

Pero mátame de carne,
que me asesine tu boca,
dardo que huela a tu sangre,
lengua, espada dulce y roja!

Mujer, perfúmame el campo;
da a mi malestar tu aroma,
y que se pongan tus manos
entre el tedio de mis rosas.


Este poema posee seis estrofas con un total de veinticuatro versos, en los cuales se puede determinar la métrica. En cuanto a la primera estrofa en el segundo verso; “da a/mi/ma/les/tar/tu a/ro/ma” se cuentan ocho silabas que permanecen igual debido a que la última palabra es grave. Presenta dos fenómenos en la primera silaba una sinéresis y en la sexta una sinalefa. En la quinta estrofa, segundo verso “que/me a/se/si/ne/tu/bo/ca” se cuentan ocho silabas, y el verso terminado en palabra grave, se presenta una sinalefa en la segunda silaba. Y por último en el cuarto verso de la última estrofa: en/tre el/ te/dio/de/mis/ro/sas. Se cuentan ocho silabas de igual forma y una sinalefa.

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